La canción de Aquiles, de Madeline Miller, reinterpreta la relación de Aquiles y Patroclo, contada en La Ilíada pero desde la perspectiva del segundo. La historia inicia en la infancia de ambos hasta que entran en combate en la Guerra de Troya. Tomándose muy pocas licencias literarias, Miller profundiza en la amistad entre ambos, mostrándonos una mirada fresca sobre estos dos héroes clásicos.
Grecia en la era de los héroes. Patroclo, un príncipe joven y torpe, ha sido exiliado al reino de Ftía, donde vive a la sombra del rey Peleo y su hijo divino, Aquiles. Aquiles, el mejor de los griegos, es todo lo que no es Patroclo: fuerte, apuesto, hijo de una diosa.
Un día, Aquiles toma bajo su protección al lastimoso príncipe y ese vínculo provisional da paso a una sólida amistad mientras ambos se convierten en jóvenes habilidosos en las artes de la guerra. Pero el destino nunca está lejos de los talones de Aquiles. Cuando se extiende la noticia del rapto de Helena de Esparta, se convoca a los hombres de Grecia para asediar la ciudad de Troya.
Aquiles, seducido por la promesa de un destino glorioso, se une a la causa, y Patroclo, dividido entre el amor y el miedo por su compañero, lo sigue a la guerra. Poco podía imaginar que los años siguientes iban a poner a prueba todo cuanto habían aprendido y todo cuanto valoraban profundamente.
La canción de Aquiles propone nada menos que una lectura diferente de la Ilíada, narrada desde el punto de vista de Patroclo, el compañero inseparable del héroe y semidiós Aquiles.
Ambos personajes son abordados magistralmente desde los juegos de su niñez hasta su inolvidable participación en la cruenta Guerra de Troya. Con una visión moderna y libre de prejuicios, Miller narra con detalle la apasionada historia de amor que unió hasta la muerte a Aquiles y Patroclo, sin importar las dificultades que el hado les ponía enfrente, como la férrea oposición de la temible diosa Tetis, madre de Aquiles, a la relación entre los dos jóvenes griegos.
Aquiles, el aristos achaion, el mejor de los griegos, se entrenaba desde niño para afrontar lo que el destino le deparaba como el mejor guerrero de su tiempo, aparte del más bello. Sus habilidades inigualables son descritas con increíble detalle en esta novela, que si bien aborda una de las guerras más sangrientas de la Antigüedad, no escapa al humor y la diversión.
Los héroes de esa historia mueven por igual a risa que a llanto y a dolor, ingredientes que mantendrán la atención de los lectores de principio a fin, a la vez que se cultivan en el apasionante mundo de la historia y la mitología griegas, donde tiene sus raíces prácticamente cualquier manifestación cultural de la humanidad.
Madeline Miller ADN