Cuando en 1890 el Lippincott’s Magazine inició la publicación de la presente novela, se desató sobre ella y sobre la cabeza del artista una de las más encendidas polémicas entabladas por la crítica inglesa de fin de siglo. Respondiendo a las acusaciones, Wilde escribiría orgullosamente: «Cuando el público dice que una obra es ininteligible, quiere decir que el artista ha dicho o hecho una cosa bella que es nueva; cuando dice que una obra es inmoral, quiere decir que el artista ha dicho o hecho una cosa bella que es verdadera». Nueva, bella y verdadera son los tres adjetivos que aún hoy, y con plena actualidad, siguen definiendo esta obra de arte.
Oscar Wilde Akal