—Ahora yo voy a entrar a la pradera primero, sola. Tú te quedarás aquí a esperarme. Y no me quites los ojos de encima ni un instante. Pase lo que pase, corre, corre lo más rápido que puedas. Corre aun si pasara algo… Aunque vieras que me desplomo, ignórame. ¿Entiendes…? Veas lo que veas y escuches lo que escuches…Sigue corriendo por el bosque ¡y corre lo más rápido que puedas! ¿Me prometes que lo harás?
—Sí —dijo Bambi en voz baja.
Felix Salten Austral