Estar o no estar solo.
«Somos una especie de puercoespín», pensó el filósofo Arthur Schopenhauer. Nos sentimos solos y nos acercamos a los demás; entonces sus espinas nos pinchan o pinchamos a alguien y volvemos a alejarnos, y lo repetimos durante toda la vida. ¿El problema será la soledad o nuestras relaciones? ¿Se trata realmente de un problema?
A partir de la afirmación de Aristóteles de que la soledad es capaz de crear dioses o bestias, el doctor Leandro Karnal reflexiona sobre esa condición humana inevitable, compleja y cíclica que está presente en el arte, en la filosofía, en las religiones, en los niños con amigos imaginarios, en el mundo virtual y en las redes sociales. Existe desde la Antigüedad y puede ser un gran peligro para quienes eligen el aislamiento.
Pero no todo está perdido: puede haber luz en la soledad; incluso, dice Karnal, Dios suele revelarse ante los solitarios. Para comprender esta epidemia que es la soledad y encontrar una posible solución, debemos reconocer que se trata de una situación insalvable, pero soportable. Todo radica en caminar entre los deseos y el autoconocimiento, y en entender que la historia de la humanidad es, sin duda, la historia de la soledad.
Leandro Karnal Ariel