Vlad Draculea: Asesino, espadachín, arquero, soldado, dirigente militar, tirano, prisionero político, fenómeno social, hombre del saco, vampiro… La historia y la leyenda del mítico príncipe guerrero compiten en su singular seducción. ¿Fue un psicópata sanguinario o un gran estratega? ¿Un gobernante obsesionado con el poder o un héroe entregado a la independencia de su país? Y.. ¿hasta qué punto el irlandés, Bram Stoker, tuvo un conocimiento certero de sus andanzas antes de escribir su icónica novela Drácula? ¿Qué le atrajo de él?
En Vlad Draculea asistiremos al ascenso y caída del voivoda valaco conocido comúnmente como Vlad Tepes o Vlad el Empalador, cuya avidez draconiana y astucia sin medida le permitirían conquistar en varias ocasiones el convulso trono del principado de Valaquia, territorio frontera entre Oriente y Occidente; uno de los últimos bastiones del viejo sistema feudal en la Europa del siglo XV. Vlad gobernará con mano de hierro a sus súbditos, eliminará sin compasión a sus enemigos, sembrará el terror entre los inocentes, atacará sin piedad con la noche como aliada, quemará aldeas enteras y se servirá de novedosas tácticas de guerrilla y de la lucha psicológica para crear su particular infierno en la tierra frente a los modernos ejércitos de su archienemigo el sultán Mehmed II, el hombre más poderoso de su tiempo. Vlad será temido, odiado, traicionado, difamado y repudiado en igual medida por reyes, sultanes, nobles, historiadores, poetas, vasallos y editores de la época, forjándose así el origen de ese personaje oscuro, a medio camino entre el mito y la realidad, cuya sombra sobrevivirá al paso lento de los siglos.
Antonio Sachs Almuzara